Sinopsis
En el año 1984 Londres es una ciudad lúgubre en la que la Policía del Pensamiento controla de forma asfixiante la vida de los ciudadanos. Winston Smith es un peón de este engranaje perverso, su cometido es reescribir la historia para adaptarla a lo que el Partido considera la versión oficial de los hechos… hasta que decide replantearse la verdad del sistema que los gobierna y somete.
Opinión personal
La trama nos sitúa en un mundo totalitario en el año 1984. En él, el gobierno Ingsoc, dividido en varios Ministerios, controla a toda la población a través de normas restrictivas y reescribiendo la historia.
La trama empieza con Winston Smith, el cual se encuentra trabajando en uno de los Ministerios donde se reescribe todo lo que le va pasando las altas esferas. Sin embargo, a través de este trabajo tan monótono y repetitivo, empezará a replantearse lo que llega a sus manos y los recuerdos que empiezan a surgir en su cabeza.
Lo primero que llamó mi atención fue el título de la novela. Me pareció curioso que le pusiera ese nombre, como si pensara que al cabo de casi 40 años, nuestra sociedad pudiera evolucionar en algo parecido o muy cercano por aquellas fechas. Volviendo la vista atrás, se me hizo raro leer algo que transcurre en ese año, pero cuente acontecimientos que podríamos estar viviendo ahora en la actualidad, justo 40 años después desde el año en el que se relata esta historia. Sinceramente y aunque me pesa decirlo, Orwell no iba mal desencaminado. Puede que fuera un visionario o puede que fuera tan observador como para darse cuenta por donde iba a evolucionar nuestra sociedad hasta nuestros días.
Lo siguiente que percibí al comenzar esta novela es el aire opresivo, negativo y taciturno que impregna sus páginas. He leído otras historias distópicas y pocas han llegado a plasmar y hacer sentir esa atmósfera asfixiante, esa sensación de que no hay esperanza, de que no hay salida para eso. Mientras otras historias inspiran al lector para percibir que todavía hay una esperanza para poder cambiar la sociedad o el mundo en el que vive, Orwell es muy directo en eso y ya deja claro que bajo ningún concepto se puede salir de ese círculo vicioso. Todo esto lo transmite a través de los ojos de Winston, con su pensamiento negativo y poco luchador.
Sin embargo, aún teniendo ese tipo de mentalidad, el protagonista decide romper las normas, salirse de las líneas y poner a prueba lo establecido aún sabiendo que en cualquier momento su final está cerca, pero no sabe cuándo podrá suceder. En este punto, me pareció inspirador y un poquito esperanzador lo que quería transmitir Orwell, aún estando rodeado de opresión y manipulación, puede ocurrir que una mente despierte y se dé cuenta de que lo que lo rodea no está bonito ni tan seguro como parece. Algo así como el mito de la caverna de Platón.
Otro punto de la historia que me voló la cabeza fue el juego continuo que usa el escritor para exponer los distintos conceptos que van apareciendo a lo largo de ella. Juega mucho con el doble sentido de las palabras, a través del uso de la neolengua (tal como la llaman), creando un idioma nuevo el cual se usa también para mantener bajo su yugo a los ciudadanos de esta sociedad. El lema de la Ignorancia es Fuerza cobra precisamente un nuevo significado, igual que pasa con el resto de lemas por los que se rige el gobierno. No conozco otras ediciones, pero la que leí (editorial Destino) tenía un apéndice con respecto a este punto donde se explica cómo hacen uso de la neolengua.
Es la primera vez que leo al autor, así que su escritura en esta historia me pareció a menudo bastante lenta, creo que por el aire taciturno que transmite sus páginas, sin embargo, al estar dividido en varias partes (tres, en concreto) se hacía más llevadero su lectura. Además, gracias a esta división se puede ver claramente la evolución que va sufriendo el personaje conforme avanza la trama. Diría que la parte más interesante de todas, en mi opinión, fue la última parte ya que se desvela muchos enigmas y como le pasa al protagonista se confirman muchas cosas que ya se habían visto en las anteriores partes.
En cuanto a sus personajes, ya he hablado un poco de Winston Smith antes, así que diría que es un personaje que me pareció al inicio bastante insulso, poco luchador y depresivo pero que durante su desarrollo fue cambiando hasta su momento culmen. No lo consideraría una evolución a mejor, porque como ya dije, el ambiente catastrófico lo persigue allá por donde va, pero me gustó que hubiera una pizca de felicidad en su vida después de todo.
Otro de los personajes que tienen un peso en la trama es Julia, una joven perteneciente a uno de los grupos que siguen los ideales del Ingsoc, la cual también se siente desengañada por el gobierno. Antes de leer la novela y haber leído algunas cosas sobre ella, pensaba en Julia con unas expectativas que al descubrirlas en el libro se me desplomaron un poco. Sí, que gracias a ella, Winston decide dar el gran paso para hacer ese punto de inflexión, pero esperaba algo más de ella. Supongo que después de haber leído otras historias donde un personaje tiene un arco de acción bastante impresionante, esperaba que este fuera también el caso.
Pero en cambio, el que me dejó más sorprendida es otro personaje que aparece poco pero tiene una gran impronta en el protagonista también. Se trata del señor O’Brien. Dado a la sospecha constante que se percibe en Winston en todo momento, cuando presenta por fin a este nuevo personaje, tuve sensaciones contradictorias hacia su persona. Me pareció contradictorio que sintiera esa esperanza casi carnal al conocerlo y presintiera que podía ser uno de los suyos, de los transgresores de ese gobierno. El caso es que, quería poder confiar como lo hacía Winston, sentir que O’Brien era de confianza y que podría ayudarle, pero por otro lado algo en mi subconsciente me decía que no podía ser así. Con Julia, al conocerla en el libro, también presentía al inicio que Winston debía cuidarse de ella, sabiendo de dónde procedía; pero con O’Brien percibía que no… ¿Tal vez su forma pacífica y sumisa me hicieron desconfiar? Puede ser, pero algo me decía que Winston podía estar equivocándose. Así que, en ese punto, me gustó como Orwell hizo que me planteara muchas cosas sobre estos personajes durante todo el libro.
En resumen, considero que esta novela debería ser leída en algún momento de nuestra vida porque, aún exponiendo una sociedad ficticia, tiene muchos puntos paralelas y coincidentes con nuestra sociedad actual. Es una historia que ayuda a replantearse muchas cosas, a verlas desde otro punto de vista y creo que hasta ayude a abrir los ojos y la mente a lo que está aconteciendo a nuestro alrededor.
Datos del Libro
Editorial: De Bolsillo
ISBN: 978-8499890944
Páginas: 352
Puntuación: 4,5/5
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